LA IGLESIA CUESTIONÓ A LA CIUDAD POR EL PROTOCOLO PARA ILE

“No es humano favorecer a un débil en contra de otro más débil aún”, aseguró el comunicado del Arzobispado de Buenos Aires firmado por el cardenal Mario Poli.

Luego de que la Legislatura porteña aprobara, ayer, la adhesión de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al protocolo nacional para la Atención Integral de las personas con derecho a la Interrupción Legal del Embarazo, la Iglesia emitió un comunicado cuestionando la decisión y asegurando que va en contra de “honrar la vida”.

A través de una carta titulada “La vida se dignifica siempre”, el Arzobispado de Buenos Aires cuestionó la adhesión de la Ciudad al protocolo. “Este protocolo ILE contradice las garantías constitucionales a favor de la vida más desprotegida: la de un ser humano por nacer. ¿Quién puede festejar esta aprobación? La interrupción se convirtió en ley, pero sigue siendo un eufemismo, y todos sabemos de qué se trata”, manifiesta el comunicado firmado por el cardenal Mario Poli.

La adhesión de la Ciudad al protocolo, establecido por Ginés González García en diciembre de 2019, es producto de 50 votos positivos sobre 60 diputados.

“No estamos en contra de los derechos de la mujer; sí, a favor de la vida como viene, en toda circunstancia, aun en medio de la pandemia, en los barrios más humildes, en los sectores más pudientes, en todos lados de nuestra querida ciudad debe escucharse: ¡Sí, a la vida; sí, a las dos vidas!, enfatizó el Arzobispado.

El protocolo considera que, a partir de los 13 años, “se debe considerar la voluntad al momento de dar intervención a los organismos de protección”. Antes de los 13, “podrán brindar su consentimiento con el acompañamiento de sus progenitores, representantes legales, personas que ejerzan formal o informalmente roles de cuidado”.

“Comprendemos que está en juego la salud, pero también comprendemos que la salud no se puede alcanzar descartando a otro ser humano. Por eso, para las mujeres de los barrios más humildes, el aborto es vivido como un drama existencial, personal y comunitario. No es humano favorecer a un débil en contra de otro más débil aún”, señaló.

La carta, además de Mario Poli, contó con la firma de los monseñores Joaquín Sucunza, Enrique Eguía Seguí, Alejandro Giorgi, Ernesto Giobando SJ, Juan Carlos Ares, José María Baliña y Gustavo Carrara.

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