EL TRABAJO Y LA REVOLUCIÓN 4.0, IMPLICANCIAS PARA LA REFORMA

La revolución tecnológica denominada como la Revolución 4.0 de la Tecnología, la informática y la I.A, viene impulsando cambios a nivel global en las formas de organización de la producción. Este hecho genera transformaciones en el funcionamiento de los mercados laborales, tanto en los niveles de empleo y salarios como en la dinámica de las ocupaciones. El interrogante que subyace a este fenómeno es si las innovaciones tecnológicas son una fuente de exclusión para los trabajadores o si, por el contrario, abren nuevas oportunidades de empleo.

El proceso de globalización y transnacionalización de las tecnologías también trajo la idea de deslocalización de la mano de obra. Ahora bien, ¿cuáles son los potenciales efectos que conlleva la nueva revolución al mundo del derecho del trabajo y la seguridad social?

En primer lugar, considero que los cambios tecnológicos siempre trajeron mejoras en los sistemas de producción, pero requieren del acompañamiento de los Estados para que los ciudadanos se incorporen en los procesos, especialmente, respecto a la capacitación y la reinserción laboral. A mi entender, querer “detener el avance tecnológico es de imposible cumplimiento”. El cambio llegó y hay que adaptarse.

El avance tecnológico va a traer a corto plazo un desplazamiento de las actividades productivas, pero se va a reemplazar por otros. Ej. La biblioteca clásica con tomos impresos dejó de existir y se reemplazó por e-books. Este ejemplo, procura demostrar como simple actividad como ser la comercialización de libros, fue reemplazado por otra. En esta economía se reduce la cantidad de trabajadores bibliotecarios, transporte, tala de árboles, tintas de impreso, entre otros. Sin embargo, con una base de datos virtual se pueden almacenar más cantidad de documentos, es una actividad no contaminante, ocupa menos espacio y hasta incluso, es más rápido y económico el acceso a la información. Es decir, beneficios y desventajas del cambio, pero está inserto en el mundo y la humanidad no puede desentenderse del tema.

En este sentido, la tecnología causa también una disrupción del modelo de los negocios y el comercio, se modifican puestos de trabajo y se transforman aceleradamente las ocupaciones, es necesario adaptarse y adquirir nuevas habilidades.

En este nuevo escenario, las fronteras son más flexibles dado que se puede operar con mayor agilidad en el mundo del comercio de mercancías como así también, el capital se moviliza cada día más rápido buscando nuevas y mejores oportunidades.

La noción del trabajador fabril o comercial se reinventa y da origen al pluriempleo y así también, al trabajo independiente con empleadores transnacionales.

De este modo, se atomizan las relaciones de trabajo dado que la jornada, lugar de trabajo y el salario, están cada vez más individualizados; el trabajador ya no piensa en compañeros o colegas de trabajo sino que aumenta la competencia.

Entiendo que todo este cambio productivo pone en jaque los principios protectorios del derecho del trabajo y por lo tanto, los Estados deben acompañar con modificaciones en la legislación, estos cambios tecnológicos para no quedar en desuetudo.

Teniendo en miras una propuesta de reforma, considero la siguiente propuesta.

Al respecto, sugiero un régimen de seguridad social con tres pilares de cobertura. El primero, público, estableciendo una prestación general “piso mínimo de cobertura” para que todos los trabajadores estén incluidos en el sistema y financiado por el presupuesto general de la Nación mediante impuestos. El segundo pilar, complementario obligatorio, los trabajadores aportan al régimen para poder tener una prestación contributiva. Para finalizar, el tercer pilar sugiere el especialista que podría ser optativo, los aportantes hacen un esfuerzo contributivo para tener un aporte extra para mejorar sus haberes el día de mañana.

Entiendo que los cambios tecnológicos y el acompañamiento del Estado son vitales para acompasar estos periodos de transición y por ende, los sistemas normativos tienen que adecuarse a los cambios. Considero esta propuesta podría ser la solución, pero debería tener un periodo de plazo de vigencia con el sentido de evitar la litigiosidad.

Por Julián Leonel Iglesias

Abogado U.B.A

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